Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

lunes, 7 de marzo de 2011

ESPAÑA LENTA

Y digo yo ¿No sería mejor dejar de fabricar coches que puedan alcanzar la velocidad del sonido?
o Puestos a pensar... ¿No sería mejor que se bajaran los sueldazos y eliminaran los vitalicios? O que entre todos intenten salir de donde nos han metido TODOS en vez de apedrearse para ver quien se queda con el cacho. Y otras tantísimas medidas de austeridad que se me ocurren...¡¡¡Si las mujeres mandasen!!!

Feliz semana, que os pase lenta si es vuestro gusto y si lo preferís, que pase rápida, en mis deseos no hay radares ni señales de prohibido.
Marisa Pérez

ESPAÑA LENTA    Lunes, 07 de marzo de 20119:34

Querida Rebeca y demás seres queridos:

Hoy se inicia el nuevo plan de reducción de la velocidad en las autopistas con lo que el gobierno asegura que así habrá ahorro energético, pues, bien, para él la perragorda, pero, la verdad, nuestras ilustres autoridades están dando mala imagen porque bien parece que lo que hacen no es otra cosa que poner en juego todo su conocimiento y energía en dar con improvisadas ocurrencias que dejan claro que hoy por hoy lo que no está expresamente prohibido, se prohíbe, echando en saco roto el democrático prohibido prohibir.
Según las encuestas es abrumadora la mayoría de españoles escépticos respecto a la eficacia de la medida, creyendo que con la improvisada simpleza el ahorro será más el ruido que las nueces.
Personalmente, dado que ya me he desprendido del coche, me da lo mismo que lo mismo me da a la velocidad a que se circule, pero ahora que nos llega el agua al cuello con cifras que asustan, casi 4.5 millones de personas desempleadas, tantos parados que se encoge el corazón, pues precisamente ahora es cuando el gobierno a golpes de improvisación  saca esta ley, al decir de la gente, sin cabeza, como otras tantas sin pie ni cabeza de reducir un poco la velocidad, que junto a otros planes de renovación en los que hay que cambiar todo: señales, radares, neumáticos, bombillas…resultará más caro el collar que el perro.
Hilando más fino, algo se ahorrará, efectivamente, en combustible aminorando la velocidad, pero los conductores perderán valiosas horas atrapados en el coche conduciendo en la carretera. Otro aspecto preocupante que traerá cola, seguro, supondrá un incremento en las sanciones.
Vamos a ver, ¿qué pasaría si el gobierno tan proclive a prohibir, con un decretazo nos enviase a todos, como niños buenos, a la camita a las diez, apagando el alumbrado público de ciudades y autovías? ¡Menudo ahorro!
Es para pensar que nuestros insignes gobernantes se podían ir a freír churros a toda velocidad.
Por supuesto, otro gallo nos cantara si se educase al personal para la conducción eficiente, convenciendo, no obligando a que los conductores se involucren en el ahorro, en la austeridad, la sensatez y la mesura.

                       Abrazos y besos.

                                  Félix