Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

lunes, 11 de julio de 2011

JOVENCITA FILÓSOFICA


Para esta carta pocos comentarios hacen falta, además no soy filósofa ni entiendo de filosofía ¿o sí? Y resulta que la vida es filosofía y yo actúo, pienso, medito y vivo filosóficamente pero no tengo ni idea de que es así.
¡¡En fin!! Que me encanta esta carta que le dedicas a tu querida nieta María y que mañana a más tardar, publicaré otra que le escribiste hace más de un año y me pareció tan "Maravillosa Lección de vida” Que  así la titulé.
Feliz semana.

Marisa Pérez

   viernes, 08 de julio de 2011 22:35

JOVENCITA FILOSÓFICA
Valladolid, 1º de Julio de 2011

Adorada María, jovencita filosófica:

Tu mente llena de actividad te impulsa a meterte en simpáticos espesos berenjenales de los que sin duda sabrás salir alegre y airosamente hallando respuestas a tus cavilaciones.

Morenita encantadora, vamos a ver, dices que algunos, y algunas, como quien no dice nada, opinan que la filosofía está muerta, que está en trance de desaparecer. Por supuesto se trata de una broma de quienes a esta ciencia la califican de monserga, de rollo Macabeo porque su concepto les resulta oscuro y los provoca ideas confusas por lo hondo y misterioso.

Mientras haya quienes, como tú, se acerquen a ella con emoción y pasión “jamásmente” morirá, es eterna, nació cuando el ser humano hizo su aparición en la redonda bola del mundo y morirá cuando se extinga la luz del sol, porque la filosofía es la actividad más lógica y natural del hombre, la más propiamente humana, porque consiste en el ejercicio de la razón que es nuestra facultad por excelencia.

Emociona recordar a aquellos griegos antañones amantes del saber, practicantes del arte de vivir reflexivamente: Sócrates, símbolo del genio de su generación; Aristóteles, una de las inteligencias más brillantes que ha producido la humanidad; Platón, discípulo del primero y maestro del segundo, cuya filosofía sostiene que la verdad radica en las ideas, y por encima de todas está la idea del bien.

Los filosofadores reflexionando sin pausa  plantean cuestiones que están permanentemente latentes esperando respuesta, ¿Qué son las cosas? ¿Qué es el ser de las cosas? ¿Qué es el ser? ¿Qué somos? ¿Qué es la vida? La vida es ilusión, un frenesí, una ficción… la vida es  sueño y los sueños, sueños son…Dice el poeta. Para un espíritu religioso vivir no es sólo existir, es vivir sana, santa y honestamente, amando y sufriendo, que es la manera de vivir con plenitud y dignidad. Para Ortega y Gasset, un hombre de preclara inteligencia y corazón delicado, filósofo muy del siglo XX, creador de la filosofía de la razón vital en la que la vida es lo que somos, lo que nos pasa, lo que hacemos desde pensar, reír, llorar, fantasear, emocionarse…Lo que estoy haciendo en este preciso instante constituye mi vida, porque la vida es siempre un ahora y consiste en la que ahora es. El pasado y el futuro sólo tienen realidad recurriendo a la memoria para ahora recordar el pasado y a la imaginación para anticipar el porvenir. En este sentido la vida es pura actualidad, es puntual, es un punto, es presente. Por eso se dice que la vida es lo que lo que estamos haciendo ahora, y como cada uno ha de decidir por su cuenta y riesgo lo que va a hacer, hemos de tener sumo cuidado con nuestra conducta, o sea, con lo que vamos a vivir, porque tenemos una sola vida, breve, huidiza, compuesta de un número dado, limitado, de instantes, de ahoras y no podernos darnos el lujo de dilapidarlas, de malemplearlas, desperdiciarlas es una tontería como un queso.

Pero aún hay más. Nada de lo que traemos entre manos sería nuestra vida si no nos diésemos cuenta de ello, si no me entero de que yo soy yo y mis circunstancias, porque todo vivir es vivirse, saberse existiendo, sentirse vivito y coleando, comprender y advertir lo que nos rodea, encontrarse con el mundo ocupados en las cosas y en los demás seres. Todo vivir es convivir, ocuparse con lo otro que no somos nosotros mismos. Vivir es hallarse frente al mundo, en el mundo, dentro del mundo, sin ese saberse seríamos como la piedra que un muchacho lanza al aire con su tirachinas que sorda, ciega, ignorante de sí misma, no sabe ser piedra y en nada ni para nada  toma cartas en el asunto, ni se lanza a sí misma, ni se impulsa, ni elige la trayectoria ni el blanco, donde caiga y ese modo de ser no es vida. Quien no sabe que está vivo, no vive.

Pues eso, ahí tenemos a los filósofos que imposible abandonar su ciencia, toman sobre si la responsabilidad de aclarar todo tipo de conocimientos fundamentales: pensamiento, felicidad, la verdad, lo bello y lo feo, lo bueno y lo malo, la existencia, el hombre ¿Qué es el hombre?  ¿Qué somos nosotros que somos hombres?

Tú, yo, todos ¿somos nada o somos un pálido reflejo de Dios? Venimos del mono, bien, pero vamos a ver, ¿a dónde vamos? Todo pasa ¿hacia dónde? ¿Hacia ese misterio que llamamos Dios o hacia la nada absoluta, el vacío, el silencio, el misterio?

Hoy las ciencias se disparan, avanzan una barbaridad, inimaginablemente, no sólo podemos dar la vuelta al globo terráqueo en un dos por tres, sino que vamos a la luna y donde haga falta; el progreso eleva el nivel de vida cada vez más, tenemos de todo, pero no estamos seguros de nada, casas más grandes y familias más pequeñas, abandonamos ancestrales tradiciones, olvidamos venerables costumbres, todo se arregla protestando, recurriendo a las drogas, la violencia, el terrorismo, ¿ya no existe el bien ni el mal? ¿Está permitido todo? El hombre es el gran problema para el hombre, por lo que la filosofía no puede morir, queda mucho que ver, que investigar, que analizar, muchas preguntas que contestar.

Adolescente, preciosa e inteligente nieta y demás seres queridos, como la vida tiene que tener sentido, porque si no es absurda y como entre la nada y Dios está el hombre, yo, pobre hombre, quién soy para dudar del Creador.

                       Besos y abrazos,

                               Félix