Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

martes, 12 de julio de 2011

MAGISTRAL LECCIÓN DE VIDA

 
Véase la fecha.
Abrazos
MAGISTRAL LECCIÓN DE VIDA
Valladolid, 6 de enero de 2010

 María, adorada nieta: Tu abuelillo que precisamente hoy celebra el octogésimo-octavo aniversario de su nacimiento, o sea, que festejo la efímera gloria de cumplir un año más, que supone un año menos, pero no hay que conceder importancia a la cosa, tranquilidad, no pasa nada, pues con ánimo y buen humor, pese a que no logre expresarme con la lucidez que es mi deseo, se me ha ocurrido la peregrina idea de hablarte ni más ni menos que de la vida, que como sabes no nos la damos nosotros, nos la dan, mejor dicho, sin nuestro permiso previo nos arrojan en ella con el cuerpo, el alma, la inteligencia…que nos toque en suerte. Pero eso no es todo, lo insólito del caso, el aprieto, la gran complejidad es que nos la dan vacía, sin hacer, somos nosotros quienes nos la tenemos que construir, que montar segundo a segundo, paso a paso; queramos o no, estamos obligados a permanecer incesantemente haciendo algo para permanecer vivos, porque dejarse morir es hacer algo muy triste y no hacer nada hacer algo lamentable, matar el tiempo, desperdiciar vida.

 Vivir es, pues, lo que hacemos, lo que vamos a ser, para ser rigurosamente exacto, la vida es un permanente decidir lo que vamos a ser. Resulta que esta misteriosa cosa que llamamos vida es lo que estamos haciendo en este preciso momento, el instante anterior ya no es tu vida, lo fue, es tiempo ido irrepetible y el momento siguiente es futuro que cabe la posibilidad de que no llegue, nadie está libre de una muerte súbita. Pero, además, fíjate que la vida no es sólo lo que hacemos, ir, venir, ver, oír, comer, beber, llorar, reír…es sobre todo vivirla, sentirte viviéndola, existiendo, tener conciencia plena de que estamos vivitos y coleando. La vida tiene que ser patente, evidente, métete dentro de ti  y encuéntrate, entérate de que eres tú, de que es tu vida, de que la estás viviendo y saboreando cada instante, si te pasa desapercibida tu vida no es vida. Si yo no me diese cuenta de que me duele la rodilla tal dolor no existiría. Un canto rodado o la luna no saben que son luna ni piedra, son absolutamente ciegos y sordos para sí mismos y al no saberse,  su vida no es vida.

 Pero eso no es todo, hay más, la vida empieza con la gran sorpresa de existir, de estarse ejecutando el prodigio de estar vivos aquí y ahora, pero, por supuesto, es de todo punto cierto lo que decía Ortega y Gasset, el creador de la filosofía de la razón vital, en el sentido de que el hombre vive desorientado, inquieto, perplejo. Si tú no te sientes perpleja contesta a estas preguntas: ¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos? Preguntas incontestables que impresionan nuestra imaginación ¿O no?

 Otra cuestión, y permíteme que la plantee a mi modo. Digamos que tenemos dos “yos”, el exterior, el que está a la vista de todos, el que se mueve, habla, ve y oye, come, canta y baila…y el interior, el que vive mi vida, único, el que no hay otro que sea yo, el que hace que yo sea yo, inconfundible e insustituible, por lo que resulta de importancia vital utilizar toda nuestra inteligencia para usar la energía que existe dentro de nosotros para llegar a ser lo que somos potencialmente. Para mayor comprensión pongo el ejemplo del piñón, simple semilla que colocada en condiciones favorables: suelo apropiado, agua y luz solar, de suyo queda claro que nacerá un pino, y con tiempo y circunstancias propicias dará lugar a un pinar y etc., etc. O sea, querida quinceañera, que no te queda otra que aceptar tu responsabilidad, tomarte en serio y hacer lo posible y lo imposible por superarte como ser humano, ser mejor persona, más culta, altruista, noble, aumentar tu amor por la humanidad y engrandecer tu alma para ser más alegre y feliz porque cuanto más feliz seas menos deseos tendrás de comportarte mal. Y como vivir es convivir, hallarte en medio del mundo, de una circunstancia, es decir, que nuestra vida no es sólo nuestra, sino que de ella forma parte nuestro mundo, nuestra vida consiste tanto de lo que seamos nosotros como de lo que sea nuestro mundo. Vivir es hallarte frente al mundo y frente a nuestros semejantes, por lo que estamos obligados  a prestar nuestra cooperación decidida a que los otros sean igualmente dichosos. Ten siempre presente que si estás contenta contigo misma la relación con los demás es mejor.

 En realidad el auténtico nuestro “otro yo” es la conciencia, esa voz interior, nuestra propia voz guardiana de la conducta. La buena conciencia nos induce a actuar de manera que nuestros pensamientos, sentimientos y acciones se distingan por lo dignas y honorables. El mundo sería otra cosa, nuestro Planeta Azul resultaría un edén si no se diese la lamentable circunstancia de estar rodeados y envueltos por el egoísmo.

 Bueno, vamos a ver, querida María, continuamente nos aconsejan y aconsejamos no ser egoístas, porque el egoísmo es el peor de los males, y creo que existe confusión en este tema, pues de nuevo he de decir que existen dos tipos de egoísmo: el correcto, de la razón y el corazón y el malsano, el que practican los que quieren serlo y no saben. Las personas malas egoístas son las que están interesadas únicamente por si mismas y no sienten placer en dar, sólo en recibir y a los demás los juzgan en razón de lo útiles que sean  y de lo que puedan extraer de ellos. La gente malsanamente egoísta cree cuidarse mucho de sí misma, pero se engañan con la falsa idea de lo que verdaderamente les conviene y terminan por odiarse como a su peor enemigo. Ha de entender con plena claridad que resulta feo vicio volcar todo el amor sobre sí mismo excluyendo  los otros, porque  es evidente que quien no quiere a los demás esta incapacitado para quererse a sí mismo.

 Los verdaderos egoístas son quienes quieren lo mejor para ellos, los que se dan buena vida, buena vida humana con plenitud del sentido de la palabra, quienes de verdad saben lo que les conviene y se esfuerzan por lograrlo. ¿Qué es vivir bien? ¿Darse buena vida?  Es esforzarse por ser feliz, que es el mayor bien que puede lograrse en la vida, practicando la virtud de hacer el bien por el bien mismo y cooperando decididamente para que los demás sean igualmente dichosos. 

 María, corazón, mira, verás, la Biblia es un libro superior, el más leído y estudiado, querido y odiado, el primero y el más editado, del que más ejemplares  se han difundido y en el mayor número de lenguas. Fue escrito por diversidad de autores totalmente diferentes, hay de todo, reyes, profetas, filósofos, médicos, sacerdotes, pastores, pescadores…de esto hace mucho tiempo que el libro de Job se conoce desde hace 1500 años a.C. y trata de historia, profecías, filosofía, teología, antropología…Los grandes hombre de la historia dicen maravillas de ella, aseguran ser la mayor pieza literaria que se ha escrito y con tan importante documentación que nadie puede decir que conoce el pasado, el presente, ni el futuro sin su lectura. George Washington aseguraba que no se puede gobernar bien el mundo sin Biblia y sin Dios. Abraham Lincoln decía a su vez que “toda cosa provechosa al hombre se contiene en la Biblia”, añadiendo que la fe es la fuerza interior que nos ayuda a vencer las malas tentaciones, y que si Dios no existe todo está permitido. Muy cierto, porque ¿Qué es la vida? Para las personas con fe es el proceso existencial del alma, para los otros puras reacciones químicas y muerto el perro se acabó la rabia, consecuente y lamentablemente de los surtidores de esta gente que niega rotundamente la existencia de un Ser Superior brotan los materialistas que tienen por el mayor bien en la vida acumular poder, fama y riqueza, los libertinos más ambiciosos y con menores escrúpulos que sin sentimientos de culpa y no empatizando con el dolor ajeno cometen todo tipo de inauditos crímenes y acumulan cantidades astronómicas de dinero organizando guerras por motivos económicos, traficando con armas, distribuyendo drogas…para vivir como un tren sin frenos, dando rienda suelta a sus peores instintos.

 Pues, bien, muchachita maravillosa, irradiadora de simpatía, como queda dicho, la vida es nuestro ser, lo que ella sea, y lo que tu vida es en este preciso instante consiste en ocuparte en leer esta carta, pero lo que vas a ser en los momentos inmediatamente posteriores lo tienes que decidir tú eligiendo entre muchas opciones: estudiar, vaguear, sentarte al piano, pelear con tu madre, portarte como un ángel…Parece ser que en un futuro no tan inmediato tu decidido afán es ser una inspirada y original periodista especializada en moda. Tengo plena certeza que así será, porque no eres de las que dejan que su vida se consuma como se consume una vela, te preocupa ganar tiempo haciendo muchas cosas, seguramente importantes y triviales, trascendentes y perecederas, relevantes o irrelevantes, no importa, importa aprovechar los días, son insustituibles. Pero por de pronto, lo que te corresponde hacer a tus quince floridas primaveras es hacerte la ilusión de que te has colado en la fiesta del mundo y lo estás pasando de aurora boreal y con sobrada razón porque vivir es maravilloso y además porque sabes que tu abuelo y muchos más te queremos sin límite y te deseamos éxito en el arte de vivir, es decir, alegría y felicidad.

 Abrazos y muchos, muchos, muchísimos besos de tu abuelo Félix.