Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

sábado, 28 de enero de 2012

TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR

Sabias enseñanzas querido Yayo Félix… Mañana será otro día

Feliz fin de semana queridos lectores.

Marisa Pérez Muñoz

26 de enero de 2012 12:21   TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR

Queridos seres queridos:

La verdad, para qué callar, en tocante a salud me va fenomenal, pero no quiero entusiasmarme demasiado, porque nunca se sabe teniendo la fecha de caducidad pisándome los talones.
Pues eso, bien metido en la última curva del viaje de mi vida me resulta fácil dar por bueno el nostálgico dicho de Jorge Manrique: “Todo tiempo pasado fue mejor”.

Mi espíritu inclinado al ensueño y la fantasía se deleita movilizando el tiempo hacia atrás, hasta la remota y privilegiada época de mi infancia, adolescencia y juventud y fusionando ilusión y realidad acumulo los imborrables recuerdos a mi medida; desecho los negativos y selecciono lo alegre y optimista, como cuando, a mi parecer, todo en mi entorno irradiaba alegría dado que mi única preocupación era jugar corriendo y saltando, y como vislumbre del paraíso perdido donde se tocaba el cielo con la mano, todo era más grande, más bonito, más emocionante; las cosas tenían otro valor, otro color, otro estilo. Hasta el azul celeste era otro. Todo, también, era más fácil, se vivía noble y alegremente, dando a la nobleza y a la alegría un concepto más amplio, abarcando respeto, tolerancia, generosidad, jovialidad, humildad, humanidad…

A quienes la juventud nos queda groseramente lejos idealizamos el pasado pese a ser tiempos de pobreza, no teníamos nada; nada por nada, nada; nada del verbo nada… Bueno, la verdad desnuda, todo tiempo anterior, si de economía se trata, fue peor, incomparablemente peor. Está meridianamente claro que las ciencias avanzan una barbaridad y en un escaso puñado de años nos ha cambiado la vida, el mundo es otro; en todas las ramas el progreso ha sido espectacular: radio, aviación, fotografía, telefonía, cine, televisión, carrera espacial, automóvil, pasar del burro al coche, del arado romano a la cosechadora…

La madre del cordero está en el usu indebido, en el abuso sin medida de todo cuanto hay dando lugar a los serios problemas de contaminación, del efecto invernadero. Una de las principales causas de emisión de los peligrosos gases es el automóvil, millones sin fin de ellos circulando alocadamente lo envenenan todo, dañando nuestra salud y la de la madre Tierra. Con la contaminación global del planeta, según se asegura, los glaciares y los hielos de los cascos  polares no van a existir y el mar aumentará su  nivel de agua y todo será un auténtico desastre.

Vamos a ver, haciendo un razonable consumo del proceso mental que llamamos reflexión caemos en la cuenta que vivimos en una prosperidad de milagro glorificando el despilfarro, pero expuestos a los vaivenes de la prisa y presos de ambiciones desnortadas, cuanto más se tiene mayor es la voracidad, nada es bastante, o sea, nadamos en la abundancia, pero estresados.

Vosotros, por favor, hacedme el favor de ser felices, que no resulta difícil si aceptáis inteligentemente lo que tenéis, que no es poco. La vida no será la fiesta que deseamos, pero mientras estemos aquí hay que sacarla provecho, porque escuchadme y creedme, la felicidad consiste en desear lo que se tiene.

La consecuencia lógica de quienes son dichosos es ahuyentar, no únicamente al estrés, sino al distrés, estrés agudo, agresivo, perjudicial, causa de todo tipo de problemas físicos y mentales. Al distrés se le combate con el eustrés, el estrés positivo, favorable, aliado del equilibrio, del bienestar, del goce y disfrute de la vida.

                  Abrazos, besos, salud, suerte y alegría.