Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

domingo, 23 de diciembre de 2012

SALUTÍFEROS MASAJES CARDIACOS



Lo de contar hasta diez antes de lanzar un berrido, no es fácil de llevar a cabo en la mayoría de los humanos (entre los que bien sabes me hallo). Puede que sea buena para el corazón esa tranquilidad que aconsejas y seguramente ponías en práctica; pero soltar cuatro frescas a quien te increpa va bien para la mente… Lo digo yo y punto.

Besos enormes y no olvides que aunque la cortina de niebla y nubes me lo impida, cada noche miro la estrella desde la que mi padre, Jesús y tú me veis (vigilados de cerca por todos los que se fueron y algún día fueron importantes para mí).

Marisa Pérez


SALUTÍFEROS MASAJES CARDIACOS

Valladolid, 23 de   Diciembre de 2001
Queridos hijos: Las cosas claras, mañana es Noche Buena, fiesta por todo lo alto digna de vivirla felices y contentos, porque la gente que se enfada a lo grande por la mínima pendejería está pateando su propio corazón  con altísimo riesgo de  sufrir un  patatús que le deje tieso fulminantemente. ¿No da miedo?

Reteharto sabido es que quienes muestran altos riesgos de padecer mortales problemas cardiacos son los que no se quieren enterar que el encabreamiento mata, así como suena. Los cardiólogos advierten repetidamente que la rabia y el acaloramiento son el gran estímulo para la producción de adrenalina, una hormona que por lo que cuentan es sumamente dañina, puesto que acelera los latidos cardiacos, eleva la tensión arterial y contrae los vasos sanguíneos dificultando la circulación de la sangre hacia el corazón con posibles fatales consecuencias. Por supuesto, el encabreamiento supone un absurdo gasto de energía que con una pizca de “talento en el cerebro” se debería aprovechar en estrategias más positivas.

Las personas con alta propensión a la explosión de la mala uva obrarían talentosamente buscando ayuda en su cardiólogo que le enseñará a controlar su temperamento mediante técnicas de relajación y control del estrés.

Hijos, ¡ojo!, a vivir tocan plácida y alegremente, porque la paz y la alegría son salutíferos masajes al corazón.

Besos y abrazos,