Ya casi metidos en carnavales y una semana después de la fecha indicada, me doy cuenta que preparé esta carta para publicar el día 5 de enero y aquí se quedó. Mil perdones y aunque con retraso aquí va.
Yo este
año le pido a los Reyes Magos que estés feliz y que me lleguen tus cartas.
Imagino
que así será porque estoy segura que ya te concedieron poder seguir felizmente
escribiendo y como en el final de tu carta pides no vivir sin vivir… Concedido
porque sigues vivo y así será siempre que uno de los que aquí dejaste te
recuerde con cariño; y cariño con tu nombre nos queda para rato.
Besos y
abrazos. Dulces sueños.
Marisa
Pérez Muñoz
PETICIÓN A LOS
REYES MAGOS
Valladolid 5 de Enero de 2002
Queridos
hijos: Yo en los Reyes, si son Magos, creo y confío en ellos. Son un símbolo
cargado de tanta ilusión y tanta magia que como para no creer y confiar en que
atenderán puntualmente las peticiones. Y como pedir es fácil, para mañana, mi
aniversario de nacimiento, no voy a pedir cosas materiales, que es lo que habitualmente
traen: juguetes, distracciones, excitaciones como mucho, o sea, objetos que no
necesito, tengo todo lo necesario, mañana pediré algo diferente, no creo que
sea mucho pedir, para eso son magos, lo que pido para mañana es no cumplir
años, pasar la hoja en blanco, ya tengo muchos, demasiados. Y ya puesto en plan
peticionario que no olviden dejarme una buena dosis de serenidad. Será
estupendo gozar un cierto alto grado de serenidad para no dejarme llevar por la
corriente y razonar con equilibrio, pues si no razono ¿Qué me queda? Un hombre sereno puede aspirar a tan altos
fines como considerar que sea el vivir lo más, y todo lo demás sea lo de menos.
Voy
a aclarar a los Reyes Magos que aunque viejo no quiero ser pasivo, sedentario,
quiero movilidad, estar vivito y coleando, seguir jugando, paseando aunque con
dificultad, seguir escribiendo cartas simples y efusivas a las que no les falte
cariño, entusiasmo, sentido del humor y alguna risa. Me negaré siempre a ser
insensible, a estar de vuelta de todo, a no emocionarme ni sorprenderme por
nada, aún pediré más: que me conserven la cabeza, el corazón y talento bastante
y suficiente para arreglar las cosas que tienen arreglo, paciencia para
aguantar las que no lo tienen, y sabiduría para distinguir unas de otras. Y
como queda dicho que por pedir no quede, me apetece pedir alegría para no
amargar a nadie con mi amargura, con mis rarezas e intolerancia.
Esto
es lo que pido a los Reyes Magos, a más de ser yo mismo, un vejete sereno que
mire lleno de comprensión cuanto sucede en torno mío, con alegría si es bueno,
con desprecio si es malo, y con malos ojos si es ofensivo e hiriente.
Hijos,
lo que en esencia pido es vivir con la euforia de la salud, apreciando la vida
en lo que significa, esto es, no estar muerto cuando aún palpite, no vivir sin
vivir.
Besos y abrazos,