Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

lunes, 23 de diciembre de 2013

ENTRAÑABLES AMIGUÍSIMOS



Así de cariñoso y lleno de buenos deseos nos felicitabas en el año 2001 y otros muchos más; sin olvidar jamás a tu México lindo y querido empleabas palabras de aquella hermosa tierra que quedó tan llena de ti como tú de ella.
Ahora además de enviar esos deseos renovados a todos tus seres queridos en los que sin lugar a dudas nos incluimos mi familia y yo; quiero desearos a mi padre y a ti una eternidad maravillosa al lado de aquellos que como vosotros nos dejaron y que como vosotros siguen velándonos hasta el momento del dulce reencuentro.
Estos días echamos de menos vuestra presencia, vuestras risas y abrazos; echamos de menos poder veros y tocaron aunque sólo fuera una rozadita.
Bien sabéis que la melancolía y la Navidad van muy unidas y mucho más cuando quienes nos faltan durante los 365 días del año y para siempre sois los padres y abuelos más maravillosos que hubo sobre la tierra.
Os envío a los dos todo mi cariño de hija… a mi querido padre todo el amor que sentí y siento por él.

Dulces sueños Papás queridos. Dulces Sueños…



Valladolid Navidad 2001

     Entrañables  amiguísimos: Se aproxima la gran fiesta de la Navidad, la fiesta máxima, la más luminosa, la más familiar y completa, y lo hace como un fenómeno atmosférico, como una precipitación cósmica, toda una exaltación de los sentidos, porque nos meten por los ojos y hasta por los poros; luces, colores,  olores, villancicos,  nacimientos, abetos, mariscos, lechazo, cava (espumoso), caviar, Reyes Magos y papás Noel...
     Por supuesto, son asimismo, fechas especialmente propicias para dejar traslucir lo mejor de nosotros mismos, y teniendo, a gala y orgullo contaros entre mis más cordiales amigos voy a desearos que el arco iris de la felicidad se os meta  muy dentro y tiña vuestros corazones con los colores de la alegría y el buen humor.
     O sea, mis meros cuatitos, que os vaya rebonito, que vuestras vidas estén ahora y siempre  empapadas del mágico flujo de la alegría y el optimismo, llenas de emoción y risas, porque el mejor amigo del hombre es la risa, la risa que hace milagros, milagros que podemos realizar nosotros mismos.        
      El  amigo 2001 ha muerto, ¡adiós! Viva el capicúa 2002, año del Euro, que quiera el Niño Jesús se muestre propicio y favorable para todos.

Abrazos    navideños