Hoy sólo quiero desearte dulces sueños.
SI
TE QUEDARAN DOS MESES DE VIDA, ¿QUÉ HARÍAS?
Valladolid, 4 de Noviembre de 2001
Queridos
hijos: Por estar en días de recordar a los difuntos se me ha ocurrido plantear
a los amigos que, tomándoselo como una realidad y no como un disparate,
responder a esta pregunta: si les anunciasen que les quedaban dos meses de
vida, ¿Cómo afrontarían el hecho? ¿Qué harían?
Como
cada uno tiene sus prioridades, los más intrépidos aseguraron que lo aceptarían
con serenidad, pues si la cosa venía así, sin posibilidad de cambio, así la
aceptaban. Otros encontraban muy triste verse tan pronto bajando al sepulcro, y
para ellos los dos meses resultarían
desagradables, ásperos y espinosos. Una señora dijo que lo que ella hería es
prepararse para una buena muerte con
confesión general y rezar, rezar y rezar; otra opinó que tomando en
consideración que el fin de esta vida es
el inicio de otra mejor, la cosa no resulta tan trágica. Siguen los pareceres:
me gusta tanto la vida que no me gusta hablar de la muerte, dijo uno; otro, que
prefería no haber nacido para no tener que morir, otro más, que bebería para
olvidar lo breve de su vida...
Los que
se consideran inmortales, pese a la advertencia de planteárselo en y ser
sinceros consigo mismos, se lo tomaron un poco en chirigota y aseguraron, uno
que se fugaría con una rubia; otro que montaría en globo y saltará en paracaídas,
un tercero que mandaría a la porra a su jefe, el siguiente, montaría una fiesta
por todo lo alto con todos los amigos y les obsequiaría con un viaje al Caribe.
Uno hubo que aseguró iba a organizar unas honras fúnebres tan solemnes y
espectaculares que dejaría a la gente envidiosa, deseando ser el muerto...
Pero
imaginemos que esto es así, que es real, ¿Qué haríamos?
Lo más
probable es que la inmensa mayoría
quedásemos aplastados, sin saber que hacer, aferrándonos a la vida, a la
improbable esperanza de seguir en la
tierra un poco más. Por supuesto, no faltarían temerarios que creyéndose
imperecederos despreciarían los dos meses sin
desesperarse demasiado.
Sin
embargo, sea cierto o fantasía, lo que entonces deberíamos haces es lo que
tendríamos que estar haciendo en este momento ¿Qué esperamos? ¿Acaso sabemos
cuanto nos queda de vida?
Besos
y abrazos,