Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

jueves, 30 de enero de 2014

PODEROSO CABALLERO DON DINERO



PODEROSO CABALLERO DON DINERO  enero-2002



            Queridos Hijos: Han pasado una película de Charles Chaplin: “Tiempos modernos” y verdaderamente, fabricar chismes en serie es encadenar al hombre, porque en la cadena no es otra cosa que una pieza más y no esencial puesto que cada día más es remplazado por robot que trabajan más, mejor, no se cansan ni hacen huelgas.

            Un individuo en la línea de montaje no puede ni pensar, se lo dan todo hecho; su misión consiste, por poner un caso, en apretar media docena de tornillos; digamos que sujetan las ruedas de un coche que pasa rápidamente por un carril frente a él. Y así una hora y otra día tras día durante años ¿cabe mayor humillación?
          Pero bueno, aquí de lo que se trata es de fabricar a tutiplén, porque hoy todo se mueve con la idea de estar bien, el nivel de vida, es el bienestar; pero, vamos a ver, ¿En qué consiste el bienestar? Simplemente en tener dinero para compara cosas. Sin dinero no hay cosas y sin cosas, imposible estar bien.
       Poderoso caballero es don dinero, hay que adorar al becerro de oro; el dinero es el ídolo, el dios. El dinero es lo primero. Con dinero se montan grandes fábricas que producen cosas y con dinero se compran las cosas que fabrican las grandes factorías.

            El hecho de que estas industrias fabriquen cosas necesarias o superfluas importa un bledo, porque el juego consiste en producir y consumir.

Se producen objetos superfluos y el 90% del coste se dedica a convencernos de que son necesarios.
            Un ejemplo ilustrativo: en Coca-cola, de una peseta del costo, diez céntimos corresponden a la materia prima con que se elabora el brebaje y noventa se lo lleva la propaganda. Así están las cosas. En los buenos tiempos, no hace tanto, la gente -mi padre uno de ellos- eran enterrados con el traje con que se casaban; eran telas que no se gastaban, para durar toda la vida.
Hoy la moda manda y exige renovar el vestuario cada dos por tres. Una ropa vitalicia resultaría una hecatombe económica ¿Qué pasaría con “El Corte Inglés”? poner un caso, si lo que compramos fuese de calidad “para toda la vida”; apañados estarían, caos total. 
 La puritita realidad es que hoy es exigencia obligada fabricar cosas intencionadamente de limitada duración. Telas que se ajen, coches que se estropeen, herramientas que se mellen, focos que se fundan… esto es consumismo puro y duro; incesante renovación de cachivaches, y en consecuencia desperdicio a granel, chatarra, escombros, plásticos, desechos por doquier; cementerios de coches, montes, campos, ríos contaminados con cocinas viejas, frigoríficos, camas, colchones, mantas…No es necesario razonar mucho para caer en la cuenta que este plan de vida de fabricar y desechar cosas a tutiplén, de crear necesidades falsas, de ensuciar y maltratar a la sufrida madre naturaleza es una locura, una estupidez, más aun, un suicidio colectivo a no muy largo plazo, en cuanto a la señor naturaleza, más que harta, le dé por reventar.

           

Hijos, vosotros procurar respetar profundamente a cuanto os rodea, seres humanos animales, plantas y cosas.



Besos y abrazos



Félix