TODA UNA UTOPÍA
Melilla, 12 de Abril de 2001
M´ija en breve adorable
esmirriadita:
Sobradamente sabéis que en
absoluto soy trasnochador, en cuantito oscurece ya estoy soñando con agarrar la cama, consecuentemente lo mío es madrugar, no me
pierdo el nacimiento de cada nuevo día.
Por cierto hoy ha amanecido con el horizonte velado por una bruma
algodonosa que difuminaba la visión de las cosas, pero herida por el sol
naciente rápidamente se ha desvanecido.
Temprano me he sentado en la
terraza disfrutando del solillo que tibio y acariciador lamía mi cara
y mis manos. Ensimismado, metido
en hondas ensoñaciones fantaseo con una ilusión levemente irreal, toda una
utopía. Verás lo que ha pasado por mi
cabeza: pienso que la vida, bien considerado, no es vegetar, que vivir debiera
ser saltarse a la torera la realidad e intentar hacer posible lo imposible. Me
explico, si puedo: si hoy, Jueves Santo. Día de la Fraternidad y del
amor, se me hiciera visible un
portentoso mago –Dios, Alá, Jehová... -, y se ofreciese a concederme un deseo,
lo que iba a pedir sería que de pronto a los seres humanos nos brotasen alas en
el corazón para volar hacia los demás, esto es, capacidad para mirar al prójimo
con ojos alegres, benevolentes, hasta con cariño para que de este modo fuésemos
todos perfectamente felices.
Será difícil, por no
considerarlo imposible, pero ¿a qué sería bonito se hiciese realidad el
prodigio tal como lo he imaginado?
Con todo el cariño del
corazón con alas de tu apá