AL
MAL TIEMPO BUENA CARA
Valladolid 7 de Octubre de 2001
Queridos hijos: Cada uno cuenta la feria según le va en ella, y para
mí el otoño es una estación que me gusta
mucho, tanto como la que más. No me afecta en absoluto, contrariamente, las
sensaciones que me transmite son de bienestar. Me gusta el paisaje con sus
tonos agrisados, me gusta la temperatura, me gusta ver caer las hojas de los
árboles y que empiecen las lluvias. Me gusta la lluvia, me fascina ver caer la
nieve mansamente. Es decir, del otoño me gusta todo.
Pero bien entiendo que no todo el mundo reacciona igual ante los
cambios climáticos. Dice un viejo refrán que "al mal tiempo buena
cara", pero para muchos resulta misión imposible, el cambio de estación
les afecta muchísimo, y el otoño más. La llegada del otoño les baja la moral,
se la deja bajo mínimos, los deprime, los irrita, no se concentran. No les va
el cambio de temperatura, añoran el calorazo del verano.
Son muchas las personas sensibles que reaccionan negativamente ente
cualquier fenómeno atmosférico, y conocen con antelación el parte meteorológico,
se lo anuncian dolores de cabeza, alguna cicatriz, el rechinar de articulaciones... Para ellos
la peor noticia es saber que mañana será
un día lluvioso o ventoso. Con las lluvias otoñales y la menor luminosidad por la reducción de
las horas de luz solar, experimentan cambios fisiológicos, y de carácter, con
alteraciones del sistema nervioso, es
decir, que viven en condiciones hostiles que les produce lo que bien se podía
calificar de estrés climático.
Besos y abrazos