Escribo en nombre de
mis hermanas, mi hermano, mi hija, sobrinos y de mi mamá.
Kisses Rocío
Kisses Rocío
Valladolid, 31 de
Diciembre de 2014
Querida Marisa.
A veces no hay palabras
para expresar el agradecimiento. Un gracias se nos queda corto en este caso.
Esta noche las hijas de
tu padre adoptivo, es decir, el yayo Félix, hemos dormido juntas en
la que fuera su casa , frente a su foto. Lo hacemos una o dos veces al
año como lo hicimos en sus últimas noches. Porque si había algo que más
disfrutase mi padre, era ver unidas a sus hijas e hijo. Para ello
se inventaba mil excusas, hacía exquisitas meriendas, compraba vajillas
de muchas piezas y grandes cazuelas y sartenes. etc sólo con
el fin de juntarnos una simple tarde de sábado y deleitarse
con nuestras historias, riñas, partidas del continental y hasta
recitaciones de la larguísima poesía que todos nos aprendimos y que
gozaba escuchándonos a todas al unísono, incrédulo.
Bueno, pues esta noche
de pijama, reunidas, hablamos de ti, pues mi padre nos hizo hermanas adoptivas
al elegirte a ti y a tus hijas como parte de nuestra familia.
Y hablamos de ti, porque no podía faltar en nuestras conversaciones
hablar de papá y sus cartas, y de que por fin su sueño se
hizo realidad, lo hiciste realidad tú, con tu esfuerzo y tu entrega.
Papá escribía cada día por necesidad de expresarse y durante muchos
años sus cartas llenas de ilusiones, consejos, felicitaciones, opiniones,
recuerdos, sentimientos y positivismo a raudales, quedaban encerradas
entre las dos tapas de sus viejos cuadernos, con esa preciosa letra tan
esmerada. No le dimos la importancia, ni el valor que se
merecían, hasta que tú, enamorada de sus escritos, decidiste que podías
ayudarnos a que ese tesoro saliese del cajón y fuese compartido con
quien quisiera leerlo, creando el ya conocido BLOG : Las cartas del yayo Félix,
una vida apasionante.
Ya no somos 8, ni 18 los
que las leemos. A día de hoy tiene 76.206 visitantes, muchos de ellos
se han convertido en seguidores. Y te diré más, muchos de los que
yo conozco, se atreven a emocionarse con sus escritos.
Echaremos de menos ver nuevas publicaciones, como lo echamos de menos a
él, pero ahí tenemos, como nos has hecho saber, 580 cartas de muy
variados temas para quien quiera disfrutar de una buena lectura, de bonitas
cartas escritas con todo el cariño y la ilusión de un hombre de más de 80 años.
Gracias por ayudarnos a
amar las cartas de papá. Por tus inmensas horas de entrega
con entusiasmo y cariño, restándole horas a tus días, tiempo a tus
fines de semana, y momentos a tu familia.
Sabemos que lo has hecho
con el máximo cariño y solo podemos decirte , que aunque papá se haya
ido, seguimos queriendo que seas nuestra hermana , que tus hijas sean nuestras
sobrinas y tu marido nuestro cuñado, porque como diría mi padre, te
lo has ganado a pulso.
Eternamente agradecidos,
su mujer, hijos, nietos y biznieto.
31-12-2014
Hola hermanos,
sobrinos y sobrinonieto:
No sé si podré contestar a esta carta porque no me dejan las lágrimas. No
esperaba recibir a estas alturas una carta de su puño y letra y juro que he
sentido que nuestra estrella bajó para guiar la mano de quien la escribió y el
corazón de quien quiso que me enviarais un mensaje tan hermoso.
Desde que mi loquita hija Laura pidió permiso para ser nieta del Yayo
Félix, me siento parte de vosotros. Han pasado muchos años, pero leer que
vosotros también sentís lo mismo, me ha emocionado al punto que no puedo dejar
de llorar.
Confieso que muchas veces tuve miedo de que os molestaran las fotos con las
que adorné las cartas, porque son parte de vuestra vida y no quería molestaros.
Con la carta de hoy me queda muy claro que no os molestó, más bien todo lo
contrario.
Ojala pudiéramos seguir recibiendo sus cartas, para poder publicarlas. Las
que nos envía ahora son igual de hermosas, pero las cartas escritas con polvo
de estrella no se pueden publicar.
Un abrazo fuerte familia. Feliz año 2015 en el que tendremos que empezar a
acostumbrarnos a no recibir sus cartas terrenales, pero no podemos
desacostumbrarnos a continuar en contacto, recordando siempre sus anécdotas,
sus “ironías de gruñoncete”, el amor tan grande por la vida; por vivirla y
hacerla vivir. Por enseñarnos cuanto aprendió de forma que ni el mejor maestro
hubiera sabido.
Tuvo la necesidad de escribir una carta cada día porque así sus recuerdos
nunca se irían con él, y yo tuve la suerte de ser tan su hija que también a mí
me legó su mejor herencia: el amor por escribir.
Sobra deciros que a vuestra disposición están los archivos con sus
cartas tal como los recibí y tal como
han quedado. Un café, un USB y lo tendréis.
Gracias de corazón por esta carta de final de año. Me habéis hecho muy
feliz con ella.
Vuestra hermana, tía y tíabuela:
Marisa